miércoles, 1 de junio de 2011

El Crack del 29






El crack del 29
, también conocido como la crisis de 1929, fue la mayor caída de la bolsa de Estados Unidos que hizo que la mayor parte del país cayere en una crisis. También se le conoce como el Jueves Negro, un 24 de octubre, porque ese día cayó la bolsa debido a que la población estaba en una época llamada los felices 20. Esto quiere decir que todas las personas estaban gastando su dinero sin control, gastaban por gastar y no guardaban nada para su futuro.

Esta caída también dejo secuelas no sólo en lo económico, sino también en lo político y lo social. La gente estaba desbaratada, sin un camino que seguir. La gente cayó en una Gran Depresión que no pudieron soportar.

Las explicaciones de las causas de la crisis son variadas y complejas, si bien coinciden en la conjunción de diversos factores económicos y sociales, y que, a su vez, se influenciaron recíprocamente. Las consecuencias que produjo el tratamiento de la crisis fueron absolutamente fuertes. Las medidas económicas adoptadas en la mayoría de países produjeron  un fuerte impulso de la autarquía.

Las causas de la Gran Depresión son: La sobreproducción, el desorden monetario y la desigual y relativa recuperación económica.

Sobreproducción: La producción supera las necesidades reales de consumo a partir de 1925, sobre todo en los Estados Unidos, donde los Stocks aumentaban conforme se reconstruían las economías europeas.

Desorden Monetario: Los momentos de expansión exigen el funcionamiento de un sistema monetario que organice los intercambios desde un centro financiero. La expansión de los años 20 se caracteriza por el marasmo monetario, la pérdida del patrón oro y la excesiva dependencia financiera de los Estados Unidos.

Desigual y relativa recuperación económica:
Puede afirmarse que únicamente los Estados Unidos tuvieron una clara recuperación, basada en dos sectores nuevos: los electrodomésticos y el automóvil.


El resto de países capitalistas, experimentó tan solo una relativa recuperación.

Al mismo tiempo aparecen, signos de desequilibrios económicos: por un lado, hay un estancamiento de sectores industriales tradicionales, como el ferrocarril, la siderurgia, el algodón y el carbón.

Por otro, la agricultura sufrió una crisis que se traducía en la acumulación de stocks (debido al aumento de la producción mundial al recuperarse la agricultura en los países destrozados por la guerra) y el descenso de los precios.



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